4/17/2011

Cabaret "El Chantecler"

En la década del veinte, la llamada "Guardia Vieja" había impuesto una nueva concepción en el género musical llamado tango, la evolución venía de la mano de músicos provenientes del conservatorio con sólidos conocimientos que le dieron al tango un nuevo perfil más cadencioso y elegante, por fin la sociedad porteña aceptaba esta música que nació en los arrabales y ahora reinaba en el centro. Buenos Aires necesitaba un lugar de jerarquía, para ofrecer a un público cada día más pretencioso un espectáculo de varieté donde el tango fuese el centro de atracción. A tal efecto en 1924 se crea el cabaret "El Chantecler" ubicado en la calle Paraná 440 entre la avenida Corrientes y la calle Lavalle,para su inauguración se convoca a la orquesta del maestro Julio De Caro, uno de los principales gestores de la nueva época en la historia del tango. La orquesta estaba compuesta por De Caro como primer violín, su hermano Emilio como segundo violín, Francisco De Caro, el otro hermano, al piano, Ruperto Thompson en el contrabajo y dos bandoneones Luis Petrocelli y Pedro Maffia, luego Luis Petrocelli sería remplazado por Pedro Laurenz, un sexteto de lujo.

En esta oportunidad De Caro, estrena el tango "Buen amigo" dedicado al doctor Enrique Finochieto, amigo personal y famoso profesional médico,además asiduo concurrente. Giovanna Ritana, también llamada Jeannete, estaba casada con un tal Juan o Amadeo Garesio, un inmigrante procedente de la isla de Córcega, que se decía, era dueño de una cadena de prostíbulos, esta pareja era la dueña del "Chantecler", quizá el cabaret más famoso de Buenos Aires. Ahí actuaban magos, malabaristas, transformistas acróbatas y todo tipo de varietés, casi un espectáculo circense en un lugar de categoría. La sala, de un tamaño importante con mesas donde se ubicaban los asistentes al espectáculo, el espacio destinado a los bailarines, el bar con su correspondiente barra y el escenario donde actuaban los artistas; todo rodeado por palcos, similar a lo que se estilaba en los teatros. Un detalle que demostraba la jerarquía del lugar era la prestancia de los palcos, muy amplios, tanto que se podía comer y bailar en ellos, con absoluta privacidad, las comidas y bebidas se solicitaban por teléfono y para mayor recato, las rojas cortinas de pana se podían correr ocultando el interior. Otro detalle de fineza era una pileta de natación climatizada, donde jóvenes bañistas realizaban juegos acuáticos, para solaz de los concurrentes. Varias orquestas animaron las noches del Chantecler. Pero la figura descollante fue el maestro Juan D'Arienzo, durante muchos años su orquesta fue la preferida del público, principalmente los amantes del tango bailado.

D'Arienzo en 1937
El Chantecler se vistió de tango
con pilchas de percal y perfume de glicinas,
llegó D'Arienzo con su música de rango
y las luces de farol que alumbran las esquinas.

En 1935 el maestro incorpora a su orquesta a Rodolfo Biaggi, músico y pianista, deja el compas de 4 x 8 para volver al primitivo 2 x 4, marcando el compas con el piano de Biaggi, que fue el creador de esta modalidad, este cambio le significó un éxito total entre los amantes del baile que añoraban el 2 x 4. Alguien dijo: "D'Arienzo le puso alas a los pies de los bailarines". Esto le valió que Angel Sánchez Carreño el "Príncipe Cubano", nombre puesto por Madame Ritana, le adjudicara el mote de "El Rey del Compas".
¿Cómo Madame Ritana y su marido Garesio llegaron a ser dueños del Chantecler?. Se dice que un señor de origen francés llamado Charles Seguin que además del Chantecler era dueño del Tabaris y el Casino y de varios lugares más, como número para presentar en este establecimiento había contratado un grupo de trapecistas corsos, Garesio llegó al país con este grupo y lentamente se fue ganando la confianza de Seguin, colaborando en las tareas de administración de sus negocios. Al parecer el empresario que era un hombre bastante mayor y amante de la buena vida, se sintió muy cómodo con la actuación de Garesio, quien termino siendo el único mandante en la empresa y como el francés no tenía herederos, todo quedó en manos del matrimonio. Madame Ritana quedó regenteando "El Chantecler" Enrique Cadícamo la recuerda en su poema "Cita a medianoche" con estos versos:

Madame Ritana


Envuelta en una nube de gasa voluptuosa
cruzaba la alegre sala del Chantecler, Ritana
mientras Gardel se asoma con su copa espumosa
de cliquot, en el palco de fina y roja pana.

Madame Ritana fue uno de los tantos amores de Carlos
Gardel, quizá este haya sido el más conflictivo, el hecho de ser una mujer muy poderosa y en estado de compromiso, le ocasionó a Gardel serios problemas que
según hechos que ocurrieron en 1915, casi le cuesta la vida.

La calidad artística de los números presentados en el cabaret, siempre fueron acordes con los requerimientos de una concurrencia que se caracterizaba por sus gustos refinados. Por su escenario pasaron figuras memorables de la farándula, la música y distintos cultores actuantes en el varieté de esos tiempos. Entre los visitantes eran dable ver políticos, intelectuales, artistas y
el turismo, para quienes era una "obligación" conocer el Chantecler.

Oscar Aleman que actuaba en la compañia de Pablo Palitos fue uno de los números de jerarquía, posiblemente Aleman haya sido el sowman más grande que ha tenido el pais, con su capacidad de multiplicarse en el escenario, alternando con distintos instrumentos su actuación, tocando el cavaquiño, el uquelele, la guitarra y cantando en distintos idiomas, francés, portugués o castellano.
Juan Polito con la orquesta de su nombre en 1932.
La orquesta típica del maestro Joaquín Do Reyes, en 1935, uno de los animadores más reconocidos, durante un tiempo interpretó un tango del cual era autor y que no tenía nombre. El poeta Celedonio Flores, también habitué del lugar, a instancias del propio Do Reyes lo versificó, y fue bautizado con el nombre de "Yo no se llorar" la sugerencia de este nombre se le adjudica a Pepita Avellaneda, figura esta de larga actuación el los albores de la guardia vieja en los cafés y lugares de tango, donde oficiaba de cupletista. Permaneció en el Chantecler como encargada del guardarropas, hasta su demolición.
Antonio Bonavena, en 1938, presentó su orquesta donde hizo su debut un jóven cantor de solo 16 años que se llamaba Roberto Rufino, que tiempo más tarde volvería de la mano del maestro Carlos Di Sarli.
En 1941 la orquesta de Miguel Zabala (Zabalita) con el bandoneón de Domingo Rullo, uno de los grandes del bandoneón.
El legendario Agustín Irusta, también fue figura de este escenario memorable.
Margarita Silvestre (Luisa Russo) de dilatada actuación como solista en distintos lugares del país.
El maestro Héctor Varela en 1950, presenta a Rodolfo Lesica como cantor estable, junto a Armando Laborde, luego en 1952 remplazado por Argentino Ledesma. 
Oscar Ferrari, que fue cantor de las orquestas de Armando Pontier, José Basso.
Y muchas figuras más que dieron brillo, con su aporte artístico a las noches del Chantecler.
Al promediar la década del cincuenta la actividad tanguera comenzó a languidecer, a tal punto que muchas orquestas debieron disminuir el número de sus componentes por no poder solventar los costos operativos, algunos se convirtieron en cuartetos, actuando en lugares muy puntuales con público entendido. Otros dejaron la actividad disolviendo el conjunto.
El brillo obtenido en años anteriores se fue opacando y lo mismo ocurrió en los cabarets. El Chantecler no fue ajeno a este proceso, a causa de la crisis se decidió su caducidad como negocio y cerró sus puertas. Fue demolido en 1960.

La Piqueta inexorable destruyó en poco tiempo cuarenta años de esplendor y cubrió a los amantes de las noches de tango con un manto de nostálgica tristeza. Enrique Cadícamo, conmovido por el suceso y el hecho de haber sido protagonista, compuso como homenaje  póstumo el tango "Adios Chantecler"
que fue grabado por Juan D'Arienzo con la voz de Jorge Valdez y que así dicen sus versos:
E Cadícamo

Te redujo a escombros la piqueta fría
y al pasar la noche, mirando tus ruinas
este milonguero se siente poeta
y a un tango muy triste le pone sordina.

En aquellas rojas cortinas de pana
de tus palcos altos que ahora no estan
se asomaba siempre madame Ritana
Cubierta de alhajas bebiendo champan.

Entre risas alegres y chistes
siempre estaba apenada Reneé
y de verla tan linda y tan triste 
Príncipe Cubano
fue por eso que me enamoré.

Hoy, ni ella esta más en la sala
ni tampoco entro yo al cabaret
se vinieron abajo tus galas
bullanguero y cordial Chantecler

En las noches bravas que el tango era un rito
y el alcohol ponía los ojos brillosos
entraba Razzano del brazo e' Carlitos
los dos tan hermanos los dos tan famosos.

Ya no queda nada y aquello no existe...
ni tus bailarines...ni tu varieté...
Príncipe Cubano, te veo muy triste
pasar silencioso frente al Chantecler.